sábado, 22 de diciembre de 2012

El enigma del rescate

La discusión acerca de si el gobierno de Rajoy va a pedir o no el rescate es, en gran medida engañosa. Como ya hemos explicado en otras ocasiones, España lleva intervenida desde, al menos, verano de 2011 bajo un mecanismo de intervención al que, a falta de un nombre mejor, hemos llamado rescate por goteo. A partir de aquí, y a falta de la cantidad necesaria para un rescate a la griega, en España el problema de la UE, BCE, Alemania y las finanzas es disciplinario y consiste en vincular visiblemente las operaciones de alivio de la carga de la deuda a las contrapartidas en términos de recortes y privatizaciones. Esto se puede hacer manteniendo la apariencia de soberanía nacional del gobierno de España, el mecanismo preferido por la UE, o mediante una formula de intervención más contundente que visibilice el poder europeo y que, por tanto, lo exponga a una confrontación directa con la ciudadanía sin el “tapón” del gobierno nacional.

La primera fórmula, más cauta políticamente, es la que esta ahora mismo funcionando, bajo la estela del impasse que causó el anuncio de compras, o las compras efectivas -esto nunca se sabe- de bonos nacionales por parte del BCE. No poder desplegar plenamente los mecanismos del rescate puede ralentizar, y está ralentizando, los tiempos de control de los recursos por parte de los agentes transnacionales pero las pausas tácticas no pueden durar para siempre, y ya se está exigiendo al gobierno de Rajoy el anuncio de nuevas series de recortes, probablemente en el subsidio de desempleo y en la edad de jubilación, y nuevos ataques a sueldos y puestos de trabajo de personal del sector público. Estos recortes van a coexistir con anuncios de recortes y privatizaciones en sanidad y educación a escala autonómica que, con distintas temporalidades, van a reforzar el malestar que generen las decisiones del Estado.

También cabe la posibilidad de que se endurezca la posición de Europa y se planteen los mecanismos de contrapartidas en una forma “rescate” más canónica mediante Memorándums de Entendimiento que fijen las privatizaciones y recortes. Dados los ritmos con que está desplegando la crisis en España es poco probable que esto pase en el corto plazo. Insistimos en que tanto España como la UE tienen interés en que España mantenga su apariencia de Estado soberano. Un ataque en bolsa sobre los bancos españoles o un repunte fuerte de la prima pueden forzar que esto cambie y haya que instrumentar una nueva fase del rescate por goteo, que vaya directamente al Estado o a los Bancos, que estamos viviendo. Es importante tener en cuenta que aunque los medios lo llamarán "rescate total",  es sólo una fase temporal de un mecanismo de rescate diferido.

El problema del “rescate” español, diríamos más bien de las modalidades de intervención de la economía española, no son independientes de la comunicación política. En este campo el problema fundamental consiste en buscar “causas” que corroboren la narrativa mainstream sobre la crisis tanto a escala europea como a escala española para unos efectos, recortes y privatizaciones, ya dados de antemano. Así se entiende, que nunca en los últimos meses hayamos estado tan cerca de un endurecimiento de los mecanismos de intervención como tras la caída de Monti en Italia. En realidad, los movimientos de la prima de riesgo no fueron reseñables durante esos días y, sin embargo, no se dudó en hablar de “contagio”, “terremoto”y, sobre todo, “rescate”. Lo que sucedió se sitúa en el orden de la ideología: se pudieron asociar unas “causas” aceptables (la crisis política italiana) a unos efectos dados de antemano (recortes y privatizaciones). El acontecimiento simbólico se produce y se puede presentar limpio de cualquier causalidad sistémica.  

Esto es importante políticamente, porque cuanto más lejos se está del acontecimiento más cerca se está de descubrir que está operando una implacable lógica del beneficio financiero que, aunque recupere el curso de los acontecimientos para acelerar los picos de extracción de beneficio no necesita de ellos para gobernar el proceso de acumulación financiera en Europa. Y cuanto más cerca se está de asumir que es la lógica del beneficio la que está operando sin piedad menos posibilidades tiene de salir adelante el combate entre simulacros de europeísmo (Monti) y simulacros de soberanía nacional (Berlusconi) que amenaza con ponerse en el lugar de los cada vez más fallidos bipartidismos como régimen político dominante para Europa.
 
Isidro López.  Integrante del Observatorio Metropolitano
Diagonal
 

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